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El trabajo del maternar

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El trabajo del maternar

Publicado por llladmin en Lactancia y trabajo 27 nov 2015

El Trabajo de Maternar

Articulo publicado en  la Revista Breastfeeding Today (Revista para madres de La Leche League international),NOV 09, 2015

Naomi Stadlen 

Traducción: Silvana Prato, Lima, Perú

Photo: Karsyn Shalae Photography

“Maternar” es una palabra que tiene un gran significado para los miembros de la Liga de La Leche. Sin embargo, en todos los demás lugares, parece haber perdido popularidad. La gente espera que el cuidado del bebé sea compartido y que la madre vuelva al trabajo remunerado prontamente. Con frecuencia se les pregunta a las nuevas madres: “¿Cuándo volverás a trabajar?” ¿Significa esto que la maternidad no es tan especial como se solía pensar? ¿Está quedando obsoleto este término?

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Amanda Amanda Bronder

Las personas tienden a juzgar basándose en lo que ven. Cuando ven a una madre amamantando a su bebé, podría parecer que el bebé tiene el rol activo, mientras que ella solo permanece sentada de forma pasiva, dejando a la naturaleza hacer lo suyo. Sí, la gente está de acuerdo en que la leche materna está llena de nutrientes y anticuerpos, pero creen  que no hay necesidad de tener a una pobre madre sentada en casa todo el día, atada a su bebé lactante. Sería desperdiciar su inteligencia y educación, sin mencionar que estaría perdiendo oportunidades de ascenso, mientras otros la superan escalando posiciones dentro de su profesión o lugar de trabajo. ¿No sería mejor que la madre se extrajera la leche para poder delegar a otra persona la tarea de alimentar al bebé?, concluyen.

Existe una buena respuesta para esta, aparentemente, razonable pregunta.  La podemos encontrar en uno de los diez conceptos que resumen la filosofía de la Liga de La Leche. Este concepto no ha sido cambiado desde la primera vez que fue mencionado en 1972. Y no es sorpresa. No desperdicia ni una palabra: “El buen cuidado maternal mediante el amamantamiento, es la forma más natural y efectiva de comprender y satisfacer las necesidades del bebé”. [1] En una sola oración, se nos recuerda que amamantar no es todo lo que

una madre hace. Es la parte más visible. La parte menos visible es el resto de la maternidad, que incluye “comprender…  las necesidades del bebé”. Comprender requiere sensibilidad e inteligencia. Es una tarea de responsabilidad y le brinda a la madre un rol activo.

No todas las madres que pertenecen a la Liga de La Leche habrán leído este concepto. Sin embargo, sí habrán experimentado lo que anuncia por la manera en como las líderes se relacionan con él. Las líderes, en su totalidad, transmitirán su apoyo a las madres que amamantan. Muchas madres deben de amamantar a sus bebés en su tiempo libre, ya que no pudieron quedarse en casa junto a ellos el tiempo que hubieran deseado. Sin embargo, el primer concepto apoya la maternidad a través de la lactancia en cualquier momento que la madre tenga.

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Christina Simantiri

Este concepto trata acerca de reconocer que las necesidades de un bebé son importantes. Sin embargo, nuestros valores han cambiado desde 1972. Hoy en día nuestra cultura está más centrada en los adultos.  La idea que prevalece es que las madres querrán atender sus propias carreras y encajar las necesidades de sus bebés alrededor de éstas.

Edwina Froehlich, una de las siete fundadoras de la Liga de La Leche, notó este cambio. Algunos años antes de su fallecimiento, observó: “…la segunda ola de feminismo ha dicho a las mujeres que, para realizarse verdaderamente, deben tener una carrera. La maternidad a tiempo completo es vista como innecesaria y degradante. Las mujeres aún son tratadas como ciudadanas de segunda categoría si no tienen un trabajo remunerado que las lleve fuera del hogar. La maternidad a tiempo completo es considerada como “aburrida” y a las madres jóvenes frecuentemente se les dice, directa e indirectamente, que están “desperdiciando su educación” y su entrenamiento profesional a menos que regresen al trabajo, incluso cuando sus bebés son aún pequeños”. Ella dejó en claro que no estaba en contra de las madres que trabajan. “No obstante, cuando yo tuve mis bebés, quise quedarme en casa y cuidar de ellos”. [2]

La maternidad no es incompatible con mantener una carrera. Las Hijas de Hirkani, [3] el libro publicado por la Liga de La Leche sobre amamantar y trabajar, contiene muchos inspiradores ejemplos de cómo madres de diferentes países han encontrado la manera de combinar ambos. Pero esto es distinto a asumir que una mujer necesita una carrera con un trabajo remunerado para sentirse realizada. Si ese es su objetivo principal, entonces la maternidad, que no es remunerada, se ve como insatisfactoria.

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En los medios de comunicación, las madres son normalmente descritas en términos negativos y de poca importancia. La maternidad casi nunca es mencionada. Las madres, en vez de ser motivadas a pensar en cómo combinar el amamantamiento con otros trabajos, son persuadidas de ver a sus bebés como un impedimento para sus carreras. Los intereses de las madres y bebés parecen estar en conflicto. Mucha gente cree que las necesidades de uno solo pueden ser satisfechas a expensas del otro. Sin embargo, hay una forma distinta de ver esta relación. Esta es una que la Liga de La Leche siempre ha reconocido. En esta, la madre y el bebé son vistos como un par. Los intereses de uno, ayudan al otro. En vez de una batalla en la que las necesidades entran en conflicto, los dos juntos pueden lograr satisfacción y armonía.

“Las madres, en vez de ser motivadas a pensar en cómo combinar el amamantamiento con otros trabajos, son persuadidas de ver a sus bebés como un impedimento para sus carreras.”

Esto fue claramente expresado por Viola Lennon, otra de las fundadoras. Asistió a su primera reunión con las madres que empezaron la Liga de La Leche porque: “la idea de maternar sonaba interesante para mí, así que decidí que iría a la reunión… y descubrir de qué se trataba todo esto de la maternidad”. [4] ¿Y qué descubrió? Fue después de unas décadas que manifestó: “El involucrarme con la Liga de La Leche me hizo ver lo que es un ser humano”. Para mí, la lactancia me guió hacia lo que yo llamo ‘el descubrimiento’, de ambos, el descubrimiento de mí misma y una mayor apreciación de la completa humanidad de este bebé, este hijo, esta personita que ha sido confiada a tu cuidado”. [5]

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Ohana Gillis

 El auto descubrimiento es importante. Muchas madres lo mencionan. La maternidad es educativa por sí misma. A través de nuestras acciones, nos damos cuenta que estamos transmitiendo valores a nuestros hijos, muchas veces valores que no sabíamos que teníamos. Entonces, empezamos a cuestionar y reconsiderar esos valores. Tenemos que pensar en nuestros bebés porque descubrimos, a menudo a través de la lactancia, que tienen sus propias ideas, aunque aún no puedan verbalizarlas. Es revelador descubrir que podemos tener “conversaciones” con una persona que no sabe hablar. Y aprendemos sobre dinámicas de grupo a medida que descubrimos los fuertes sentimientos que un nuevo bebé puede provocar en los miembros de toda la familia. Todo este nuevo aprendizaje le será útil a la madre cuando vuelva a su trabajo remunerado. Tiene algo bueno que ofrecerle a sus empleadores. Esto debería verse reflejado en su paga. Las madres deberían ser más precisas respecto a su nueva experiencia y nuevas habilidades  para asegurarse de no reingresar al mercado laboral por un sueldo menor al justo.

 

“Y qué es “la completa humanidad de este bebé” que Viola Lennon descubrió?”

¿Y qué es “la completa humanidad de este bebé” que Viola Lennon descubrió? Recordemos cómo amamantábamos a un recién nacido. Puede que nos encontráramos sentadas y quietas pero nuestros pensamientos estaban ocupados. “No estoy muy cómoda, tú tampoco pareces estarlo. Déjame intentar… ah, mucho mejor y me estás mostrando que ahora estás más relajado. Desearía haberme servido un poco de agua antes de sentarme. Cuando hayas terminado, iremos al refrigerador y me serviré un poco. ¡Tú no vas a querer que te recueste así que me serviré con una sola mano!” “Tú” se refiere al bebé. Algunas de nosotras les hablamos a nuestros bebés en voz alta, otras en silencio. Pensamos siempre en ambos, tomando decisiones sencillas acerca de cómo manejar la vida que compartimos, y tratando de balancear nuestros intereses de una manera justa para que ambos estemos satisfechos.

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Amy Zehringer

A partir de estos simples inicios, una madre y su bebé pueden progresar a comunicaciones más complejas. Durante el amamantamiento, desarrollan pequeños rituales y juegos, la mayoría por casualidad. Es sorprendente descubrir que hasta un pequeño bebé tiene sentido del humor, especialmente de lo ridículo, y le encanta el placer de la risa compartida. De esta manera, mucho antes de que empiecen a hablar, nuestros bebés aprenden de nosotros formas sofisticadas de diálogo.

Los bebés necesitan esta preparación para enfrentar la muy articulada sociedad en la que han nacido. Es probable que no nos digamos a nosotras mismas: “Debo hacer que mi hijo practique sus habilidades para escuchar, o de libre expresión, o a entender los puntos de vista de otras personas, y a que no se sienta amenazado por alguien con valores muy distintos”. Estas habilidades esenciales aparecen casualmente mientras nos comunicamos con nuestros bebés. Puede verse divertido y a ellos usualmente les fascina cuando les hablamos. Sin embargo,

 

nosotros pensamos mucho en qué les queremos transmitir y es un trabajo difícil. El significado de las palabras que usamos está muy lejos del entendimiento de nuestros bebés. Pero con la Amy increíble sensibilidad pre-verbal que los bebés tienen, parecen intuir algunos de nuestros sentimientos

mientras hablamos. Al mismo tiempo que maternamos a nuestros bebés durante los momentos íntimos de la lactancia, los introducimos en nuestro complejo mundo social.

Unos 20 años más tarde, estos bebés se vuelven adultos y forman parte de nuestra complicada cultura laboral, donde la gente tiene que comunicarse los unos con los otros y usar sus numerosos talentos de forma cooperativa para producir resultados útiles. La cooperación no es perfecta, y todos enfrentamos disputas y conflictos. Pero en general la cultura laboral es efectiva. La mayoría de nosotros podemos comer alimentos que no hemos cultivado, vestimos ropas que no hemos confeccionado, y vivimos en hogares que no hemos construido. Pagamos por estas cosas intercambiando nuestros propios talentos por dinero.

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¿Mas cómo podría ser posible este grado de intercambio civilizado si generación tras generación de madres no proporcionaran la preparación para esto? Esta valiosa cooperación no funcionaría si la mayoría de adultos no supiera cómo tener el autocontrol suficiente para escucharse unos a otros, y si no supieran cómo tomar decisiones que pudieran justificar, o cuestionar las decisiones de otros, o si no pudieran negociar con gente con distintos valores y puntos de vista. Es aquí que se disfruta de la “completa humanidad”. ¿Si fueran pocas las madres que se tomaran el tiempo de realizar el trabajo de maternar, cuál sería el futuro del complicado mundo del trabajo remunerado? El trabajo remunerado depende del nuestro.

 

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“La maternidad no es obsoleta y jamás lo será. Es un trabajo vital del que cada uno de nosotros se beneficia”.

“La maternidad no es obsoleta y jamás lo será. Es un trabajo vital del que cada uno de nosotros se beneficia.”

Por el momento, las madres no reciben el respeto que se merecen por maternar a través de la lactancia. Sin embargo, nosotras, en la Liga de La Leche, podríamos cambiar esto. Por el momento, “una madre que trabaja” se refiere a una madre que trabaja en algo fuera de la maternidad. Pero podríamos aprovechar cada oportunidad para hacer la frase “una madre que trabaja” inclusiva.

“¿Vienes por un trago luego del trabajo?”

“No gracias, tengo más trabajo que hacer. Me voy a casa a maternar a mi bebé”.

“Por el momento, las madres no reciben el respeto que se merecen por maternar a través de la lactancia”.

Referencias

1. Lowman, K. The LLLove Story. Franklin Park, II. La Liga de La Leche Internacional, 1978, página 62.
2. Cahill, M.A. Seven Voices, One Dream. Schaumburg, II: La Liga de La Leche Internacional, 2001, página 161.
3. Hicks, J. ed., Las Hijas de Hirkani, mujeres que escalaron montañas para combinar Amamantar y Trabajar. Schaumburg, II: La Liga de La Leche Internacional, 2006.
4. Cahill, M.A. Seven Voices, One Dream. Schaumburg, II: La Liga de La Leche Internacional, 2001, página 141.
5. Cahill, M.A. Seven Voices, One Dream. Schaumburg, II: La Liga de La Leche Internacional, 2001, página 130.

Naomi Stadlen tiene tres hijos adultos y tres nietos. Ha dirigido el Grupo Central de Londres de LLLGB por 25 años. Maneja Mothers Talking, grupos semanales de discusión para madres, y ha escrito dos libros, ambos aprobados por LLLI, What Mothers Do – especially when it looks like nothing y How Mothers Love – and how relationships are born.

 




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